Todos sabemos que los alimentos que consumimos hoy día suelen venir cargados
de pesticidas, herbicidas y otras sustancias sintéticas usados por el modelo
industrial de alimentos.
Muchos de estos compuestos son bioacumulativos y con el tiempo conllevan
problemas de salud.
Es por esto que en un experimento realizado por el Instituto de
Investigación Ambiental de Suecia (IVL) se analizó las diferencias entre la
dieta tradicional y orgánica en los seres humanos.
El estudio tomo una familia sueca promedio, de cinco semanas y realizo un
seguimiento de tres semanas cambiando completamente su dieta a comida 100%
orgánica libre de pesticidas, conservantes, colorantes etcétera.
Antes del cambio de dieta se realizaron completos análisis y sobre todo se
buscaron marcadores de contaminantes como el BPA (disruptor hormanal presente
en algunos tipos de plásticos)
Durante la primer semana del experimento, los padres y los niños mantuvieron
su dieta habitual, simplemente documentado todo lo que comían y sometiéndose a
una prueba diaria de orina, para establecer los valores de pesticidas presentes
en la misma.
En las siguientes dos semanas, la familia alimenta solamente se alimento de
forma orgánica y se repitió las pruebas diarias de orina. Los resultados fueron
sorprendentes, especialmente en los niños. En promedio, la carga de pesticidas
en el cuerpo
se reduce en un 95% desde el momento en que
dejaron de comer alimentos cultivados con pesticidas y fertilizantes.
La lista de
los productos químicos encontrados en los cuerpos de la familia durante la
primera semana es grande e incluye fungicidas, herbicidas, insecticidas y
varios inhibidores del crecimiento. Aún así, el estudio aclara que los niveles
de dichos elementos se encontraban dentro de los límites considerados como
aceptables por los organismos responsables de la salud y que individualmente
sería poco probable que dichas sustancias fuesen un riesgo para la salud
humana.
Sin embargo, el informe deja claro que la combinación de
diferentes sustancias químicas y sus efectos a largo plazo aún no están claras.
Esto significa que la posibilidad de que diferentes plaguicidas, que reaccionan
juntos puedan potenciar sus características y así terminar dañando seriamente
la salud, lamentablemente actualmente nadie ha explorado estas posibles
interacciones en profundidad.
Según el informe, IVL esta claro que lo ideal es aplicar el principio de
precaución, con métodos agrícolas más seguros. “Teniendo en cuenta lo poco que
sabemos actualmente sobre los efectos que acarrarían la combinación de los
diferentes productos químicos a los que las personas están expuestas en
su día a día, puede ser conveniente aplicar un principio de precaución en este
segmento.”